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Cada nueva actualización de Google arrastra tras de si una multitud de cambios ante los cuales, los especialistas en SEO deben ponerse al día. Google Panda ya causó el suficiente revuelo en los rankings como para que la expresión “has sido pandarizado” hiciera fortuna en la red, definiendo aquellas webs que de golpe habían perdido su posición. Con Google Penguin, esto ha sido incluso más exagerado.
En busca de la naturalidad
Estas actualizaciones suelen percibirse como una molestia, porque obligan a reconfigurarlo todo, a aprender de nuevo, a revisar todo el proceso para ver dónde falla, qué le parece mal a Google, y qué le parece bien. Como no hacen público su algoritmo de búsqueda, los profesionales tienen que descubrir los cambios a golpe de posición perdida. Y como eso supone un problema para el cliente (que pierde posiciones temporalmente, hasta que se da con la clave de la bajada), la tendencia general es agitar los puños hacia el cielo y maldecir a Google.
Sin embargo, todos, profesionales y, sobretodo, clientes, debemos afrontar las actualizaciones de Google con normalidad.
Google tiene la misión de, ante una búsqueda de unas palabras clave determinadas, ofrecerle al usuario el contenido a)más ajustado a esas palabras clave, y b)de la mayor calidad posible.
Cada nueva actualización busca profundizar en esos dos parámetros, y es evidente que lo logran: de lo contrario, no gozarían del cuasi-monopolio que tienen entre manos. Y todos nosotros, usuarios, clientes y profesionales, deberíamos felicitarnos por ello.
¿Acaso no da rabia buscar tus keywords y ver que una paginilla de tres al cuarto te ha pasado por delante en el ranking a base de sobreoptimizar? ¿Cuántas veces tenemos que acudir a resultados “inferiores” porque los primeros son un “timo”?
La actualización Google Penguin incide especialmente en estos factores, y esto es algo por lo que debemos felicitarnos. El cliente, se ve forzado a producir contenidos de mayor calidad, se reduce la información duplicada (penalizada ahora de forma muy severa), lo cual redunda en beneficio tanto del usuario como del cliente. Del usuario, porque no tendrá que perder el tiempo en webs de poca monta hasta dar con una buena. Y del cliente, porque el SEO te traerá visitas, pero fidelizarlas depende sólo de la calidad y la accesibilidad de la web: contra mejor sea, más usuarios-clientes se quedarán contigo.
Optimizaciones naturales para esquivar la guadaña de Google
Para el profesional que se dedica al SEO, estas actualizaciones tienen más de pesadilla que de ventaja. Son, digamos, los mayores damnificados del proceso, más incluso que el cliente. El cliente, o webmaster, podrá perder posiciones, pero las recuperará y, en el proceso, su página será mejor.
El especialista en SEO tendrá el triple de trabajo por el mismo sueldo, ya que primero tiene que detectar los problemas, y luego solventarlos con tanto ingenio como sea posible.
Por suerte, si algo distingue a los SEO profesionales es su perseverancia y la adaptabilidad a las nuevas circunstancias, así que la mayoría de los nuevos parámetros de Google Penguin ya están detectados.
La clave de la nueva actualización es una naturalidad absoluta. El SEO nunca se ha planteado como una artificialidad, sino como la aceleración de un proceso que de todos modos habría acabado ocurriendo con los años: contenidos, palabras clave repetidas, más y más gente enlazándote conforme te conviertas en veterano web…
Google Penguin ha llevado eso hasta el extremo, la naturalidad prima sobre lo artificial y lo forzado. Y por tanto, todas las optimizaciones deberán estar orientadas hacia esa normalidad. Esto afecta por igual a las optimizaciones OnPage y a las OffPage. Nosotros, hoy, vamos a centrarnos exclusivamente en lo que tiene que ver con lo externo a la página, y más concretamente en el linkbuilding.
La diferencia entre regar y montar
Ya que Google nos insiste en la naturalidad, quizá lo más práctico para afrontar una optimización sea plantearlo en términos próximos a la naturaleza.
Supongamos que tu despacho es un vivero, y tu web es una planta o un árbol. Google, que es el supervisor, vendrá y revisará ese árbol, a ver cómo lo cuidas.
Si te has dedicado a hacer injertos apresurados, le has puesto demasiado abono, e incluso lo has rociado con un pesticida agresivo que destruya tanto a los insectos como a los agentes beneficiosos, Google te dirá que ese árbol-frankenstein, ya te lo puedes comer.
Si tu web es un árbol, lo que tienes que hacer es mimarlo como pide. Dale sus horas de luz, riégalo con mesura, en la medida adecuada. No hagas injertos forzados con links de alto PageRank y nada más: déjalo crecer en todas direcciones, con ramas más gordas y otras más débiles. El árbol más hermoso es aquel que parece salvaje: un árbol con forma de corazón o de estrella es antinatural, feo, artificial como una web de un mes de vida con cien enlaces de calidad puestos por orden.
Algunas claves “jardineras” para un buen linkbuilding tras Google Penguin:
Estos siete parámetros sólo son una guía orientativa, evidentemente. Afina tu olfato y huele las flores: el olor a naturaleza, será la clave para un linkbuilding sano, verde, efectivo. Y que dé sus frutos.
Porque de eso se trata, ¿no?
Los comentarios están cerrados.
¿Realmente afecta el linkbuilding a largo plazo? ¡Interesante debate sobre Penguin y SEO!
¡Creo que el linkbuilding sigue siendo clave para el SEO! ¿Qué opinas tú? 🤔
¡Creo que el linkbuilding sigue siendo relevante a pesar de Google Penguin! ¿Qué opinan?
¡El linkbuilding no es cosa del pasado! ¿Quién dijo que ya no funciona? 🤔