Mi empresa en las redes sociales I: ¿Vale la pena meterse en este jaleo?

Participar en redes sociales
Participar en redes sociales es fundamental

En multitud de artículos sobre SEO se habla de la importancia de las redes sociales. Viene a decirse que si tienes una empresa, necesitas estar en las redes sociales.

Muchos emprendedores se lanzan a la aventura social encantados, pero también hay muchos a los que la socialización en red les produce cansancio nada más pensar en ella. Bien porque la consideren una pérdida de tiempo, bien porque se sienten perdidos en ella, un follón más que gestionar cuando ya bastante faena tienes cerrando tratos, cuadrando las cuentas y haciendo magia con las facturas.

Así que es preciso dar respuesta a la pregunta: ¿por qué meterse en el jaleo de las redes sociales?

¿Por qué debería crear una cuenta en una red social?

Hay dos grandes motivos para entrar y dedicarle tiempo a una red social.

En las redes sociales no sólo está la muleta del presente, sino la llave del futuro
En las redes sociales no sólo está la muleta del presente, sino la llave del futuro

Por un lado, la participación en redes sociales es un apoyo para el posicionamiento web. No es que formen parte de ninguna estrategia estrella del SEO, pero el SEO es eminentemente una técnica de marketing digital en la que hay que ir sumando. Cada nuevo enlace, cada keyword puesta en un punto caliente, es un nuevo empujoncito. Y todos sabemos que la fuerza de los pequeños empujones está en que sean muchos y constantes. Así que, ¿por qué dejar de lado las redes sociales?

Si quieres saber exactamente cuánto ayudan las redes a la posición de tu página en Google, puede servirte de orientación un pequeño estudio realizado por una compañía norteamericana. Analizando cinco webs distintas en distintas redes, verificaron que moverse activamente en Google+ y conseguir clics en el botón +1 de Google mejoraba entre un 10 y un 15% la posición en el rey de los buscadores. La promoción en Facebook arrojaba una mejora de casi un 7% en la posición. En cuanto a Twitter, el impacto en este estudio fue bajo, menos de un 3%, y el número de followers en la misma ni siquiera parecía ayudar a la web, sino perjudicarla.

Hay que aclarar que no se trata de un estudio científico propiamente dicho. No se habrán tenido en cuenta muchas variables, y no ha habido un testeo sistemático de las posiciones de, digamos, dos mil webs, que nos permitan sacar una media general. Simplemente ha sido un pequeño experimento, pero como estos tampoco abundan, pues resulta muy ilustrativo ya que, efectivamente, resultados hay.

Pero es que aparte del aumento de posiciones que puedas ganar, las redes sociales son un instrumento publicitario de primer orden por sí mismas. Facebook (por citar la red más extendida en todo el mundo) es el equivalente digital del boca-oreja. Sólo que allí, tu cliente de proximidad es absolutamente cualquiera que hable tu idioma. Menudo nicho de mercado, ¿eh? Y crece más cada día. Utilizar la red para explicar lo que haces, lanzar ofertas o descuentos, agitar el avispero con encuestas y valoraciones o sencillamente mantener un diálogo franco y abierto con tus clientes, es una baza publicitaria a la que no podemos permitirnos renunciar.

Cuando el tiempo escasea hay que escoger muy bien en qué invertirlo. Las redes sociales son una de esas buenas inversiones
Cuando el tiempo escasea hay que escoger muy bien en qué invertirlo. Las redes sociales son una de esas buenas inversiones

Vale, vale, son muy útiles, pero… ¡si apenas me queda tiempo libre!

Tómatelo con calma. Fernando VII dijo una vez “vísteme despacio, que tengo prisa”, y de eso Fernando sabía muchísimo, ya que siendo el peor rey de la historia de la humanidad, consiguió mantenerse treinta años en el cargo a base de marketing. Y es que las urgencias nunca son buenas consejeras.

Introducir tu empresa en una red social no significa que tengas que dedicar tres horas al día a colgar noticias o fotos en el Facebook o en Twitter. Empecemos así:

  1. Si eres absolutamente novato, lo mejor es que empieces creándote una cuenta personal. Esto no te compromete a nada, y te permitirá conocer los mecanismos de cada red. Empieza por las más comunes y sencillas, Facebook y Twitter. Presta atención a cómo se mueven los profesionales y las empresas, cómo viralizan sus contenidos, qué política de comunicación utilizan.
  2. Desde tu anonimato, busca los perfiles y páginas de tu competencia y estudia qué es lo que dicen, qué es lo que hacen, y si lo que dicen y hacen tiene repercusión. ¿Ganan seguidores? ¿Obtienen muchos “Me Gusta”? ¿La gente “comparte” o “retwitea” los contenidos?
  3. Una vez sepas cómo funcionan estas redes, y tengas una idea de cómo lo están haciendo empresas parecidas a la tuya, será el momento de crearle un perfil profesional, o una página de empresa y empezar a moverla.
Un trabajo constante en las redes sociales sólo puede reportarte beneficios
Un trabajo constante en las redes sociales sólo puede reportarte beneficios

Aquí es donde empieza la verdadera aventura, y si bien es cierto que vas a tener que dedicarle algunas horas a darle vueltas a la cabeza, el resultado sin duda lo vale, y eventualmente (y con constancia) llegarás a uno de estos dos puntos:

  • Le habrás cogido tanto el tranquillo a las redes, que sin darte cuenta, manejarte con los usuarios se hará llevadero, natural, al menos hasta cierto volumen, o ciertas expectativas de crecimiento.
  • En el caso de enfrentarte a un volumen demasiado grande… bien, si es el caso, posiblemente no tengas problema en contratar a un Community Manager que se dedique exclusivamente a llevar las relaciones online y manejar tus cuentas.

Sobre estas posibilidades, y el camino para llegar a ellas, hablaremos en el próximo artículo, y te daremos algunos consejos para desenvolverte en las redes sociales desde una perspectiva profesional.

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